De la familia de la Rosaceae, el níspero es el fruto del Eryobotria japónica (níspero japonés), árbol de gran altura y ramificación baja que, procedente de China, se introdujo en nuestro país hacia el siglo XVIII.
El clima mediterráneo favoreció el cultivo de este frutal, llamado “menor” (junto al caqui o la higuera) en contraposición a los grandes frutales (manzano, melocotonero, peral…). Por ello, lo encontramos formando parte de los parajes agrícolas desde Málaga hasta Segorbe. De todos ellos, solo una región, Callosa d´en Sarriá, ha conseguido que su calidad sea premiada con la concesión en 1992 de la indicación geográfica Denominación de Origen Callosa d´en Sarriá.
Variedades que encontramos en el mercado
El níspero es una fruta que podemos encontrar en el mercado desde abril hasta junio. De color amarillo anaranjado y forma piriforme o redondeada, hay hasta 34 variedades diferentes en función de la zona donde nos encontremos y el grado de maduración del fruto: Moggi, Magdal, Cardona, Temprano de Torres Torres, Saval Moreno, Magdal Carne Blanca, Saval-1 y Saval-2, Italiano, Buenet, Crisante Amadeo, Vertichiara, Javierín… De ellas, cuatro son las más comercializadas.
Atendiendo a las zonas, en el litoral andaluz, principalmente Granada y Málaga, encontramos la variedad Golden Nuget, que suele tener un tamaño algo mayor que el resto. Su piel, de tonalidad naranja, puede presentar motas marrones, lo que no impide que su sabor sea jugoso, aunque algo ligeramente más ácido que el resto de las variedades que se cultivan en nuestro país.
Ya en el área levantina, podemos encontrar la variedad Algerie o Argelino, producida, en su totalidad, en la provincia de Alicante, cuya anaranjada piel no presenta ningún tipo de mancha. Igualmente jugosa, suele tener un ligero sabor agridulce exquisito. La variedad Tanaka, más pequeña que la anterior, es más dulces al paladar debido a que su recolección es más tardía; la solemos localizar al norte de la Comunidad Valenciana, entre Sagunto y Castellón.
En los últimos años también podemos encontrar otra nueva variedad, Peluche, de forma más alargada y gran tamaño que destaca por el tono amarillo de su piel y su textura rugosa, que se raja fácilmente.
Cómo elegir un buen níspero
Lo primero a lo que debemos prestar atención es a su piel. Esta debe ser uniforme, exenta de manchas y partículas extrañas. Como hemos señalado, algunos ejemplares pueden presentar motas marrones, lo que no debe confundirse con un fruto en mal estado.
Asimismo, no debe tener magulladuras, golpes, arañazos ni roturas. Ello es síntoma inequívoco de un transporte deficiente, lo que indicaría también una mala conservación del fruto. Lo ideal es que lo encontremos en cajas que se encuentran perfectamente acondicionadas para un transporte adecuado de una fruta de por sí muy delicada.
Al tacto, el níspero no debe estar duro ni presentar zonas blandas que denoten una excesiva maduración.
Una vez abierto el fruto, es fundamental que observemos el color de su pulpa. Esta nunca debe ser verde ya que puede ser perjudicial para la salud. Por el contrario, un color amarillo anaranjado indicaría que el fruto ha sido recogido justo en el momento óptimo de maduración, por lo que es sabroso y saludable.
Finalmente, por lo que respecta al sabor, según la variedad que encontremos, el níspero será más dulce o amargo. El punto perfecto lo constituyen aquellos ejemplares que tienen un sabor agridulce, dulce al paladar, pero con un ligero regusto amargo. Una delicia para los sentidos…
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